LOS CINCO PUNTOS DEL YOGA
1) EJERCICIO ADECUADO (ASANAS)
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Beneficios integrales
El ejercicio físico adecuado, llamado asanas en sánscrito, tiene un efecto positivo en todas las partes del cuerpo: similar a la función del aceite en un motor, las asanas mejoran la flexibilidad de las articulaciones, músculos, tendones y ligamentos, y estimulan la circulación. Los ejercicios de yoga tienen un efecto rejuvenecedor en todo el organismo, y por tanto no pueden compararse a ningún otro sistema. Cuando se practican despacio y con conciencia, las asanas dan una sensación de bienestar físico. Al mismo tiempo son un ejercicio mental para la concentración y la meditación.
La columna vertebral (a menudo infravalorada)
Los ejercicos de yoga están principalmente enfocados en la salud de la columna vertebral. La columna es la base del sistema nervioso central, el sistema de comunicación del cuerpo. La columna es la extensión del cerebro, así que una columna sana y recta promueve la salud en todo el cuerpo. Manteniendo una columna fuerte y flexible a través del ejercicio adecuado se estimula la circulación de la sangre, se asegura un suplemento adecuado de nutrientes y oxígeno a los nervios y se mantiene el peso ideal del cuerpo.
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2) RESPIRACIÓN ADECUADA (PRANAYAMA)
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La meta: el control de la mente
Las asanas estimulan los puntos de acupuntura del cuerpo. Cuando estos puntos son activados, el flujo del Prana (energía vital) aumenta. Practicando las asanas se masajean los órganos internos y éstos aumentan su funcionalidad. Junto con los ejercicios de respiración yóguica, relajación y concentración, las asanas nos pueden ayudar a desarrollar el control sobre nuestra mente. La mente (por naturaleza agitada y siguiendo siempre las impresiones de los sentidos) es dirigida hacia dentro, abstrayéndola de los objetos sensoriales y gradualmente llevándola bajo control
Respirando circula la energía
La respiración adecuada conecta al cuerpo con su batería, el plexo solar, que es una enorme reserva de energía. Las técnicas de respiración o pranayama, ponen esta energía en movimiento y revitalizan tanto el cuerpo como la mente. Regulando conscientemente nuestra respiración somos capaces de almacenar más prana (energía vital) y llevar con nosotros esas reservas de energía en la vida diaria.
Aprendiendo a respirar…
La mayoría de las personas usan solamente una pequeña porción de su capacidad pulmonar cuando respiran. Utilizan la parte superior del pecho con los hombros caídos, poniendo tanto la parte alta de la espalda como el cuello en una situación de falta de oxígeno y tensión. La respiración abdominal consciente y profunda es una manera efectiva de controlar el estrés y la depresión. Una persona con mucho prana irradia fuerza y vitalidad.
El secreto de la sanación
Controlando el prana ganamos control sobre la mente. Muchas enfermedades pueden ser eliminadas simplemente regulando el prana: ese es el secreto de la sanación. La acupuntura, el Shiatsu, la sanación mental, la imposición de manos, etc.., son ejemplos de control consciente o inconsciente sobre el prana, desarrollado a un alto nivel.
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3) RELAJACIÓN ADECUADA (SAVASANA)
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Recarga tus baterías mediante la relajación adecuada.
La relajación adecuada es un excelente sistema de refrigeración, comparable al de un coche. Es la manera más natural de recargar el cuerpo. Es muy importante ya que el cuerpo y la mente no pueden funcionar bien bajo un estrés constante.
Para controlar y equilibrar el cuerpo y la mente, uno tiene que usar la energía del cuerpo de una manera eficiente. Esta es la motivación principal a la hora de aprender cómo relajarse.
La relajación no viene fácil…
En nuestro mundo moderno mucha gente encuentra dificultad para relajarse y conservar su energía mientras trabaja. Al mantener nuestros músculos en un constante estado de alerta, empleamos más energía de la que hubiéramos gastado si utilizásemos sólo aquellos músculos que necesitamos para el trabajo en cuestión. La tensión innecesaria tanto física como mental utiliza gran cantidad de energía incluso en periodos de descanso, y malgasta una abundante proporción de nuestra energía vital. ¿ Alguna vez has regresado de tus vacaciones sintiéndote exhausto?. Esto puede suceder, a pesar de que nuestro cuerpo produce cada día una suficiente reserva de energía, mismamente para el día siguiente. El problema es que las emociones negativas como la ira o la irritabilidad pueden agotar esa reserva acumulada en tan sólo unos minutos.
La relajación perfecta y el yoga
La práctica del yoga recarga los almacenes de energía del cuerpo. Por eso nunca te sientes agotado después de una clase de yoga. Al final de una clase siempre se practica la “Relajación profunda”. En este estado sólo gastamos una pequeña cantidad de energía vital (prana), lo suficiente como para mantener activas las funciones vitales del metabolismo. El resto de la energía se acumula. Esta relajación profunda incluye tres niveles: relajación física, mental y espiritual. La relajación perfecta o completa sólo es posible si se involucran los tres niveles. Así, unos pocos minutos de práctica de relajación yóguica puede recargarnos más (y darnos más paz interior) que varias horas de sueño agitado.
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4) ALIMENTACIÓN ADECUADA (VEGETARIANA)
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Come para vivir…
“Come para vivir, no vivas para comer”. Esa es la actitud yóguica con respecto a la nutrición. El practicante de yoga elige productos alimenticios que tengan los efectos más positivos tanto para el cuerpo como para la mente, y el menor impacto negativo sobre el medio ambiente o hacia otras criaturas. Como vegetariano, el practicante de yoga consume el producto primario en la cadena alimenticia: las plantas reciben directamente la energía del sol, la fuente de toda vida en nuestro planeta.
Sana y equilibrada
La dieta yóguica es lacto-vegetariana y consiste principalmente en cereales, legumbres, frutas y vegetales, frutos secos, semillas y productos lácteos. Una dieta vegetariana es saludable, fácil de digerir y aporta al cuerpo la mayor cantidad posible de nutrientes y energía. En general, debemos seleccionar productos alimenticios lo más frescos y naturales posibles (sin conservantes ni sabores artificiales), preferentemente comida orgánica y no alterada genéticamente. Una cuidadosa preparación de la comida es esencial para mantener la máxima cantidad de nutrientes. Almacenar mucho tiempo, refinar o guisar demasiado son hábitos que destruyen muchos componentes vitales de nuestra comida.
¡La mente también come!
Literalmente somos lo que comemos. La mayoría de la gente no es consciente de que la comida también conforma la sustancia de la mente, y por lo tanto la influye de una manera muy sutil. Las comidas impuras como la carne, no solo afectan a las articulaciones sino que también provocan un efecto de pesadez y letargo. Crean un terreno propicio para la aparición de enfermedades crónicas o depresión.La dieta yóguica consiste en productos puros que nos ayudan a mantener el cuerpo y la mente saludables y en forma.
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5) PENSAMIENTO POSITIVO Y MEDITACIÓN
(VEDANTA Y DHYANA)
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La clave para la paz mental
El pensamiento positivo y la meditación son la clave para la paz mental. La meditación es el método para calmar y concentrar la mente. La práctica regular promueve no sólo la ecuanimidad, sino también el bienestar físico y espiritual. Antes de meditar, sin embargo, necesitamos centrar la mente a través de las técnicas de concentración y el pensamiento positivo. Una mente llena de pensamientos y sentimientos negativos es difícil de calmar.
Unión con el Ser Supremo
Controlando los movimientos de la mente podemos eliminar los patrones de pensamientos negativos y alcanzar el estado meditativo de supraconsciencia (Shamadi). Shamadi es la unión dichosa con el Ser Supremo que nos lleva a una experiencia directa e intuitiva de lo Infinito. Es una experiencia espiritual profunda que no puede ser expresada en palabras ni entendida por la mente. En Shamadi, los sentidos, la mente y el intelecto dejan de funcionar. La conciencia se expande, yendo más allá del tiempo, el espacio y la causalidad. Uno percibe la divina presencia que está detrás de todas las formas de vida y se experimenta una profunda paz y dicha y una sensación de unión con el